Todos tenemos razones diferentes para practicar BJJ. De igual manera, todos tenemos metas diferentes, como: ser profesionales, ganar un torneo, llegar a cinta negra, mejorar tu autoestima, etc. Pero, creo que absolutamente todos queremos aprender lo más que podamos con el fin de ser mejores practicantes. Tal vez suene contraintuitivo pero para mejorar, hay que cometer errores, muchos errores.
En el BJJ como en otras artes marciales, la repetición es la base del aprendizaje. Repetir un movimiento constantemente pone en acción la memoria muscular. Básicamente, consiste en repetir un movimiento hasta que nuestro cerebro crea una memoria a largo plazo, lo que eventualmente nos permite realizarlo sin esfuerzo mental.
I fear not the man who has practiced 10,000 kicks once, but I fear the man who has practiced one kick 10,000 times – Bruce Lee.
Aun así, repetir una patada 10,000 veces no te convierte automáticamente en una máquina asesina tira patadas.
Errores, errores y más errores
Aunque es cierto que para mejorar una habilidad, sea cual sea, la debes practicar una y otra vez, la repetición por sí sola no es suficiente y hasta podría ser perjudicial si no tienes cuidado. Si descuidas tu práctica y repites mil veces un error, sólo te estás entrenando para seguirlo cometiendo. Por eso los profesores insisten tanto en que hagamos las cosas siguiendo la forma correcta, para evitar que adoptemos malos hábitos. Además de practicar, practicar y practicar, hay que hacer el esfuerzo consciente de observar nuestra práctica, de dirigir toda nuestra atención a lo que estamos haciendo con el fin de detectar nuestros errores.
Cantidad > calidad
Tomando en cuenta lo anterior, cometer errores se vuelve la forma más efectiva de aprender. Aplica para cualquier cosa, como tocar un instrumento o aprender un nuevo idioma. Mientras más errores cometas, más rápido vas a aprender y con mejor retención.
En el libro “Art & Fear” cuentan la legendaria hazaña de un profesor de taller de cerámica (nota: la siguiente anécdota podría no ser una hazaña, ni ser legendaria). Se le ocurrió dividir a su clase en dos grupos, A y B con el fin de hacer un pequeño pero interesante experimento. Decidió calificar a ambos grupos de maneras diferentes para comparar la calidad de sus trabajos. La calificación del grupo A dependía de cuánta cerámica produjera cada integrante, con 20 kilos sacaban 100, con 18 kg sacaban 90, etc. Al grupo B lo calificó en base a la calidad de su trabajo y le pidió a los alumnos que sólo entregaran una pieza pero que debía ser perfecta. Al final, el trabajo de mayor calidad fue el del grupo A. Los alumnos del grupo A tuvieron muchas oportunidades para aprender de sus errores mientras que los del grupo B pasaron la mayor parte del tiempo teorizando sobre cómo producir la pieza perfecta.
Adaptando este experimento al BJJ, yo creo que cuando se trata de practicar, lo mejor que podemos hacer es luchar lo más que podamos y en vez de enfocarnos en que no nos tappeen, mejor nos atrevamos a experimentar. Si te tappean, qué importa? Acuérdate que no estamos aprendiendo a cometer errores si no a aprender de ellos. Lo que propongo, básicamente, es cambiar un poco nuestra mentalidad, hay que estar dispuestos a cometer errores.
Tu peor enemigo es el ego
A todos nos pasa que cuando luchamos, el ego se impone y no queremos que nos tappeen. Se pone peor cuando luchamos con alguien que lleva menos tiempo practicando que nosotros. Ay si, “a mi no wey, neta…”. Tan cierto como que todos perdemos el glamur cuando nos chokean, todos batallamos con el ego en algún momento.
Esa forma de pensar sólo nos detiene. En vez de usar eficientemente nuestro tiempo de práctica, estamos alimentando nuestro ego nomás. Mejor acéptalo y arréglalo!
El talento no existe!
Bueno, la verdad, si existe o no, no lo sé. Mi punto es que no debería importarnos. Yo creo que generalmente usamos esa palabra como excusa para separarnos de la gente que logra grandes cosas. Cuando vemos a alguien triunfar es muy fácil ignorar todas las horas de estudio y práctica que hicieron posible ese triunfo. Para mí, ser bueno en algo depende más de tu motivación, empeño y constancia que del talento que pudieras o no tener.
All train and no chill makes Jack a sore boy
Ya que sabemos un poco más sobre las bondades de cometer errores y de cómo sacarles provecho, seguro quieres empezar a practicar en este momento, sabiendo que mientras estabas leyendo esto, alguien en algún lugar estaba luche y luche y desde luego tu nueva meta en la vida es superar a tu recién adquirido archienemigo anónimo. Lo cual está muy bien, si te late eso de motivarte compitiendo y eso, pero antes de empezar, recuerda tomártelo con moderación. El descanso es tan importante como el entrenamiento. Hay que encontrar un equilibrio saludable.
Teniendo todo esto en mente, vámonos a entrenar y a cometer todos los errores que podamos.
A darle átomos!